"Porque sabía que la crítica no es una actividad antipatriótica, sino todo lo contrario. Porque entendía que en México la crítica es necesaria para combatir el silencio apabullante. Porque creía que es justo cuestionar a la autoridad arbitraria, a los que fueron electos para representar a la población pero sólo malgastan sus impuestos. [...] Cuestionar y actuar. Criticar y proponer. Sentarse detrás del escritorio y marchar en la calle. Eso hacía Adolfo. Ese era Adolfo. Un antídoto cotidiano al cinismo. [...] Como alguien que vivió cuestionando la norma y cruzando la raya. Como una persona que siempre pintaba la propia. La del intelectual incómodo. La del ciudadano inconforme. La del mexicano participativo."
Denise Dresser (Proceso, 1493: 54-55)
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