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Mexicali, Baja California, Mexico
Historiador por la Universidad de Guadalajara y El Colegio de Michoacán, con un breve momento oscuro en El Colegio de la Frontera Norte. Nacido en Durango, criado y creado entre Ensenada, Ameca y Guadalajara, y ahora radico en Mexicali: es decir un jalisquillo fronterizo de origen duranguense, pero no bailo pasito duranguense (mucho menos tribal).

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Una antología de artículos y capítulos de Gilberto Giménez, principalmente sobre identidades, para una clase de maestría, pero sobre todo para escribir una introducción a mi próximo libro que titularé: Identidades históricas en las Californias.

martes, 26 de abril de 2005

Polémica sobre cambios en el INEHRM

Muy estimados amigos y colegas

H-MEXICO. Thu, 21 Apr 2005 12:00:35 -0500

El día 14 apareció en el periódico Reforma un reportaje sobre las transformaciones que estamos proponiendo para el INEHRM. Desgraciadamente, en el reportaje se interpretaron mal los objetivos del cambio. Debido a problemas de espacio, Reforma no publicará mi réplica completa. Como historiador, considero conveniente que el gremio conozca el reportaje original y mi respuesta completa, para distinguirla de la versión resumida que publicará el mismo Reforma. Así se complementará la información de los lectores de Reforma, pero igualmente servirá a quienes no lean ese diario.

Javier Garciadiego.
Director General del INEHRM.

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Reforma, jueves 14 de abril del 2005, sección C, Cultura.

Piden que el INEHRM cambie de nombre. Suman a la Historia "revolución" del 2000. Es una decisión aventurada, dice Meyer; el PAN busca escribir una nueva historia oficial, señala Galeana.

Por Víctor Fuentes y Erika P. Bucio.

El Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana (INEHRM) cambiará de nombre para estudiar ya no sólo el movimiento armado de 1910, sino otras revoluciones como la "Democrática de finales del siglo pasado". De acuerdo con el anteproyecto de decreto enviado a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria el 7 de abril, la nueva denominación del organismo será Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. "El objetivo es no ver a la Revolución Mexicana como un movimiento épico o fundacional, sino como parte de un proceso histórico nacional más amplio", afirmó Javier Garciadiego, director de la institución. Nacido con el objetivo de rescatar documentos y material bibliográfico relativos al movimiento armado de 1910, el INEHRM se ocupará ahora también de las revoluciones de Independencia de 1810, la Liberal de 1857 y la democrática de finales del siglo 20.

Para el historiador Lorenzo Meyer, resulta arriesgado llamar "revolución democrática" al triunfo de Vicente Fox en las elecciones presidenciales del 2000. "El PRI creó ese instituto para que sirviera de centro de estudios y elogios para la única Revolución, pero con su salida de Los Pinos, este movimiento armado ya no es el dueño de la casa oficial sino un mero huésped. Donde sí tengo mis dudas es en llamar a la de Fox revolución democrática, es aventurar mucho", opina Meyer.

Gisela von Wobeser, directora de la Academia Mexicana de la Historia, elogia el trabajo del INEHRM al impulsar los estudios sobre la Revolución de 1910, pero advierte la falta de una perspectiva histórica para poder abordar la transición a la democracia. "Hacer historia del presente implica riesgos porque todavía no tenemos acceso a los archivos, todavía no hay una reflexión madura y hay amplios sectores que cuestionan aspectos de la actual democracia", sostiene. La historiadora Josefina Zoraida Vázquez respalda la decisión de ampliar el campo de acción del organismo al siglo 19, pero pide acotar la expresión "revoluciones de México".

Patricia Galeana, ex directora del Archivo General de la Nación, atribuye el cambio de nombre a una pretensión del actual régimen por escribir una nueva historia oficial. "Es el proyecto del PAN para incorporarse dentro de las revoluciones, pero este cambio todavía dista mucho de ser democrático como para hablar de una "revolución", puesto que no ha habido una Reforma del Estado. El único objetivo del cambio de nombre es hacer una nueva historia oficial", señala la historiadora.

Pero Garciadiego replica que, para el INEHRM, la transición a la democracia no se limita a las elecciones del 2000, sino que se entiende como un proceso histórico que toca a los académicos fechar si comienza en 1968 o 1988. "Queremos fomentar una conciencia cívica e histórica, pero desde una perspectiva democrática, con una visión plural, sin partidizar la historia", insiste el académico. Para cumplir con sus nuevas tareas, el INEHRM, que cuenta con una planta de diez investigadores, no dispondrá -de acuerdo con el anteproyecto- de un mayor presupuesto, el cual ascendió este año a 14.2 millones de pesos. A fin de eficientar el uso de recursos, se buscó que el nuevo nombre del organismo permitiera preservar las siglas de la institución para evitar el desperdicio de papelería. Como consecuencia de la reforma, Garciadiego prevé la creación de más premios y becas para los académicos. Aún sin fecha prevista para la publicación y entrada en vigor del decreto, que habrán de firmar las secretarías de Gobernación, Hacienda, Educación y de la Función Pública, Garciadiego confía en que el INEHRM podrá sumarse a los festejos que organice el Gobierno federal por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana. "La idea ha sido bien recibida en la Secretaría (de Gobernación), veremos si también es bien visto por la Presidencia", concluye.

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Réplica completa del Dr. Javier Garciadiego.

Sr. Alejandro Junco de la Vega
Director.

El día de hoy, el muy leído periódico que usted dirige publica un reportaje sobre el INEHRM, titulado "Suman a la historia "revolución" del 2000". En tanto director del INEHRM (a partir de octubre del 2001, pero miembro de su Consejo Técnico desde varios años antes), quisiera hacer algunas precisiones. El reportaje, redactado por el señor Víctor Fuentes y la señorita Erika P. Bucio, se basa en el propio Anteproyecto de cambio del INEHRM, así como en comentarios míos y de varios destacados colegas, aunque da la impresión de que estos emitieron sus opiniones sin conocer dicho Anteproyecto.

Lo que buscamos, simple y sencillamente, es ampliar el campo de trabajo del INEHRM, para que pueda hacer rescates bibliográficos y fomentar estudios sobre "las grandes transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales generadas por las revoluciones que han definido la historia nacional" (Art. 4o. del Anteproyecto). En el considerando 7o. del mismo Anteproyecto se dice que esas transformaciones "que han definido al país son la Independencia, la Reforma Liberal, la Revolución y la transición democrática de finales del siglo XX". En ningún lugar se habla de "la revolución del 2000".

Obviamente, consideramos que este último proceso tuvo incontables protagonistas, tanto individuales -Luis H. Alvarez, Cuauhtémoc Cárdenas, Heberto Castillo, Manuel Clouthier, Vicente Fox, Rosario Ibarra, Andrés Manuel López Obrador, Porfirio Muñoz Ledo, Jesús Reyes Heroles, Samuel Ruiz y José Woldenberg, entre muchísimos otros- como colectivos -el IFE, los principales partidos políticos, varios movimientos sociales (como los estudiantes de 1968), un sinnúmero de ONG, muchos intelectuales y periodistas críticos, algunos medios de comunicación y un inacabable etcétera-. El proceso de "la Transición Democrática de finales del siglo XX" también implica desigualdades cronológicas y geográficas. Para unos se remonta a 1968, para otros a 1976 y para unos más a 1988, aunque estoy consciente de que hay cronologías regionales particulares. En nuestro Anteproyecto no se fijan fechas determinantes, y en ningún renglón se menciona el año 2000. Tampoco se atribuyen créditos particulares a personaje alguno. Más aún, no ignoramos que todo proceso histórico se construye con avances y retrocesos, como bien lo muestran los días que corren.

La propuesta de cambiar el INEHRM tiene varias causas y objetivos. La principal es ajustarse a la normatividad y anticiparse a los tiempos por venir. En 1960 y 1985 el INEHRM participó en las conmemoraciones de la Independencia y la Reforma, pero sin estar amparado legalmente. Ahora deseamos contar con la autorización debida para fomentar estudios de otros periodos, así como participar legalmente en las conmemoraciones del Bicentenario del nacimiento de Benito Juárez (2006), los 150 años de la Constitución de 1857 (2007), los 150 años de las Leyes de Reforma (2009) y el Bicentenario de la Independencia (2010).

Por lo que se refiere a los comentarios hechos por mis colegas, he de decir que comparto con Gisela von Wobeser sus preocupaciones ante los riesgos que implica hacer "historia del presente". Sin embargo, es un hecho que ya se pueden hacer confiables historias de tiempos o procesos recientes, pues se cuenta con una crecientemente buena hemerografía, con la llamada historia "oral", e incluso con materiales de archivos ahora forzosamente accesibles para hechos apenas distantes uno o dos lustros. Recuérdense las Galerías 1 y 2 del AGN.

Respecto a la afirmación de Lorenzo Meyer de que llamamos "revolución democrática (...) al triunfo de Vicente Fox", aclaro que tal idea no está ni en el texto ni en el espíritu del Anteproyecto. Haberlo propuesto hubiera sido una insensatez de nuestra parte. Asegurar que éste es el objetivo de nuestra propuesta, sin conocer el Anteproyecto, implica una conducta contraria a los códigos de respeto a nuestra disciplina y a nuestro gremio. La contienda electoral del año 2000, con sus variantes de triunfos y derrotas tripartidistas, es concebida en el INEHRM como parte de un proceso mucho más amplio. De ninguna manera se pretende sobrestimar o subestimar a personaje o factor alguno. Además, consciente de las dificultades que implica el término "Revolución" -como bien lo advierte doña Josefina Zoraida Vázquez-, en el Anteproyecto se piensa más bien en la idea de una gran transformación para lo acontecido en los, digamos, últimos treinta o cuarenta años.

Por último, rechazo tajantemente la afirmación de Patricia Galeana, de que es un proyecto "del PAN" y de que "su único objetivo (...) es hacer una nueva historia oficial". Las trayectorias biográficas y los resultados laborales sirven más que cualquier declaración. No soy ni he sido ni nunca seré miembro del PAN. No simpatizo con muchísimas de sus posturas. Por ende, no soy su votante firme, duro o cautivo. Soy un historiador que aceptó salir parcial y temporalmente de la vida académica porque se me invitó a colaborar en un proyecto que beneficiaría cualitativa y cuantitativamente el fomento de los estudios históricos del país. Desde un principio, el Secretario de Gobernación y yo nos comprometimos a distanciar al INEHRM de cualquier historiografía de tipo "oficial", partidista, gubernamental o "broncínea". Sobre todo, nos comprometimos a no intentar hacer una nueva historia oficial. Ni es posible, ni lo pretendimos nunca. ¿Para qué citar numerosas declaraciones al respecto? Mejor recomiendo a Patricia Galeana, y a cualquier otro interesado al respecto, que revise los temas de los foros organizados por el INEHRM desde octubre de 2001, que analice la composición ideológica e institucional de los ponentes, que revise nuestra producción editorial, y que revise los temas de estudio y las perspectivas ideológicas de los ganadores de nuestros premios y becas. Hemos sido puntillosos en cuanto a fomentar una historia plural, incluyente, sin olvidos ni maquillaje, una historia de todos y -si se atiende al carácter general de nuestro público- para todos.

Concluyo: no sé qué partido político ganará las elecciones de 2006, 2012, 2018 y así sucesivamente. Pero el compromiso del INEHRM, y de la parte de la Secretaría de Gobernación a la que está adscrito, es heredar un Instituto activo y serio; sobre todo, una institución comprometida con la historia del país. Una institución con un marco de labores amplio para que los próximos directores y sus Consejeros, siempre destacadísimos historiadores, cuenten con el respaldo normativo adecuado para poder fomentar el estudio –con becas, premios, foros y publicaciones- de todo nuestro proceso histórico nacional. En resumen, el Anteproyecto de transformación del INEHRM busca impedir que se vuelva a hacer historia "broncínea" y legitimadora.

Recuérdese, por último, que el INEHRM no hace investigaciones directas, y que mucho menos hace definiciones ideológicas. Lo que hace es fomentar estudios hechos por los colegas. Serán éstos los que digan en qué consistieron los procesos históricos que han transformado nuestro país.

ATENTAMENTE
Javier Garciadiego.
Director General del INEHRM